Veréis cómo es la historia. Hace 6 meses (a finales de agosto principios de septiembre del año pasado) me apunté a un intercambio internacional de calcetines. Como yo y bastantes tejedores españoles, nos pusimos manos a la obra, tejimos y enviamos nuestros calcetines a tiempo. Para ésto teníamos tres meses, porque los calcetines tenían que estar listos y enviados el 30 de noviembre.
Yo envié estos:
Por esas cosas de la vida, me dió en la nariz que esto estaba muy mal organizado. No había lista de participantes, no sabíamos quién había enviado, quién había recibido. Ya la guinda fué cuando la organizadora se metió con algunas participantes, diciendo que estabamos "talking shit" y que éramos unas "drama queens". En ese momento yo decidí escribir en el grupo de facebook una queja por el trato y la desorganizacion. Qué queréis que os diga, me sirvió para darme cuenta de quienes son mis "amigos" (aunque sean virtuales joder, a la gente se la apoya aquí, en privado y en la china!) y quienes no. Yo me quité del grupo y di por hecho que me llegarían unos calcetines tarde o no me llegarían. En enero otra vez tuvimos unas palabras porque no llegaban los calcetines de al menos otras dos participantes y yo. En febrero me enteré que es que los mío no habían sido tejidos, así que la excusa de el transporte internacional ni se aplicaba. En fin.
Mi final y comienzo de año fué difícil por problemas de salud que me tenían muy asustada. Y aquí es donde interviene mi querida Alba, que sin participar en ese intercambio, me hizo unos calcetines preciosos que me quedan perfectos. Estuve a punto de no recibirlos porque los envió a mi piso anterior, menos mal salvamos el asunto. No sólo me tejió los calcetines sino que me envió unos marcadores de punto que recaudan un porcentaje para el cáncer, una piruleta de chocolate que mi peque se zampó en dos segundos (jejejeje), lanitas y una tarjeta preciosa!
Pero aquí no queda todo, hace unas semanas recibí los calcetines del intercambio! Increíble, seis meses después. Busqué y rebusqué y al final encontré quién me los había tejido, así que le envié un mensaje más que nada para que supiera que ya estaban en mis pies. La tejedora me pidió disculpas y yo las acepto, la verdad es que no le quiero dar más vueltas al asunto.
De esta experiencia he aprendido en no confiar mucho en los intercambios internacionales. Que yo de los amigos virtuales también espero apoyo y aunque hay personas que se quedaron en el camino, al menos ya sé qué puedo esperar. Que hay amigos virtuales que te sorprenden, que te miman y que te aprecian. Yo estoy muy agradecida por estos últimos.
Happy Knitting!
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